Niveles de glucosa deseables
El tratamiento de la diabetes incluye un plan de alimentación, un programa de ejercicio y medicamentos en caso de ser necesarios.
La primera de estas medidas evita fluctuaciones importantes en los niveles de glucosa; en cuanto a la actividad física, mejora la sensibilidad del organismo a la acción de la insulina y disminuye así los requerimentos de la misma.
Los medicamentos pueden actuar en diferentes sentidos: aumentando la producción pancreática de insulina, mejorando la sensibilidad de las células a la acción de esta hormona o retrasando la absorción de la glucosa en el tubo digestivo.
La insulina se utiliza cuando la reserva pancreática de insulina se ha agotado y no se logran las metas de tratamiento con otras modalidades de tratamiento. Hoy en día el tratamiento para una persona con diabetes es más flexible y se cuenta con más herramientas que facilitan mayor apego al plan de alimentación y permiten hacer ajustes en él.
El objetivo es lograr niveles de glucosa en sangre lo más cercanos posible a los valores normales —menores de 130 mg/dl antes de los alimentos y menores de 180 mg/dl después de ellos. El control adecuado de la glucemia es el mejor seguro para evitar complicaciones en el futuro. Debe fomentarse una vida sana y la práctica de ejercicio, evitar el tabaquismo y controlar otros factores de riesgo para el corazón.
Es muy importante aceptar y aprender a vivir con diabetes. Como comprenderán finalmente, la vida debe transcurrir como siempre; desde luego que se requerirán algunos cuidados y un esfuerzo adicional, pero la actitud ante la misma no debe cambiar. Incluso, como muchas veces sucede, surge la necesidad de ser más productivos y de aprovechar más cada instante de la vida.
Preguntas más frecuentes:
¿Hay formas de prevenir el desarrollo de la diabetes?
La diabetes tipo 2, o del adulto, se presenta particularmente en personas con sobrepeso y antecedentes de familiares que la hayan padecido. Como los factores genéticos no son modificables, la única forma de prevenir el desarrollo de diabetes es evitando el sobrepeso, lo cual se fundamenta en una alimentación bien equilibrada y en la práctica de ejercicio. Recientemente se publicaron los resultados de diferentes estudios donde se han utilizado medicamentos en individuos no diabéticos, pero sí con alteraciones en el metabolismo de la glucosa, como son cifras en ayuno de entre 100 y 125 mg/dl o cifras después de una carga de azúcar de entre 140 y 199 mg/dl, lo cual se conoce como intolerancia a la glucosa o prediabetes. Estos estudios han mostrado el beneficio del empleo de diferentes medicamentos, como la metformina, particularmente en las personas obesas, y de fármacos para disminuir el apetito, como la sibutramina, y para retrasar la absorción de los carbohidratos, como el orlistat, e incluso la realización de cirugía bariátrica en personas muy obesas. Independientemente de esto, todos los estudios coinciden en que los mejores resultados —incluso superiores a los de cualquier medicamento— se presentan cuando se logran los cambios deseados en el estilo de vida.
¿Qué es el síndrome metabólico?
En los últimos años se ha empleado el término “síndrome metabólico” con el objetivo de alertar al médico en general a poner mayor atención en un grupo de pacientes que presentan mayor riesgo de desarrollar diabetes (o que ya son diabéticos) y enfermedad aterosclerosa, concretamente infartos o problemas en la circulación cerebral o de las piernas. Estas personas se caracterizan por tener algunas de las siguientes alteraciones:
- Obesidad central (sobrepeso predominante en la región de la cintura y el abdomen).
-Presión arteral alta, cifras elevadas de triglicéridos y cifras bajas de colesterol HDL (también conocido como colesterol cardioprotector), así como alteraciones en el metabolismo de la glucosa. Desde luego que la idea es crear conciencia de la importancia de un manejo integral y temprano para la prevención de estos problemas. Esto no implica que no se insista a su vez en el control de otros factores de riesgo igualmente importantes, como el tabaquismo o el colesterol LDL (también conocido como colesterol malo).
- ¿Qué riesgo tienen mis hijos
de padecer diabetes?
La diabetes tipo 2, o del adulto, se presenta en una de cada 10 personas mayores de 40 años de edad, y la posibilidad de que alguno de sus hijos la adquiera es elevada. En familias donde prácticamente la mayoría de los miembros por rama paterna o materna tienen la enfermedad el riesgo puede incrementarse hasta 50%; algo similar ocurre si ambos padres la padecen. En relación con la diabetes tipo 1, el riesgo de que la desarrolle un hijo de un padre o una madre con diabetes tipo 1 va de 2 a 4%.
¿Cuál es la causa que propició
que yo padezca diabetes?
En realidad no se sabe. La predisposición genética para desarrollar la enfermedad es un factor muy importante. Así, el riesgo de contraer diabetes tipo 2 es mucho mayor en alguien con antecedentes familiares de ella. Es probable que el defecto genético se encuentre en genes relacionados con la sensibilidad a la insulina (acción de la insulina a nivel celular) y con la capacidad del páncreas para producirla. La obesidad es otro factor de riesgo muy importante, pues ésta se relaciona con la ingestión excesiva de alimentos, aunque la predisposición al desarrollo de sobrepeso y malos hábitos de alimentación puede obedecer también a factores genéticos. Esto, como ya se mencionó, favorece una mayor resistencia a la acción de la insulina. Asimismo, es común que muchas personas atribuyan el desarrollo de diabetes a un susto o un coraje. Éstas no son la causa, pero muchas veces coincide con el diagnóstico por varias razones. La persona se vuelve más sensible y se percata, entonces, de que algo le está ocurriendo; va más seguido a orinar y ha bajado de peso, motivos por los cuales acude al médico y se establece el diagnóstico. Los síntomas en realidad se habían iniciado tiempo antes del evento emotivo. Otras personas, por ejemplo, después de un accidente liberan una gran cantidad de adrenalina y otras hormonas que favorecen una mayor resistencia a la insulina, desenmascarando —por así decirlo— una diabetes que estaba por empezar a manifestarse en los meses por venir. Sin embargo, es importante insistir en que la diabetes no es una enfermedad emocional.
¿Hay otros tipos de diabetes
además de los dos descritos?
Como se mencionó, los dos tipos más comunes de esta enfermedad son el tipo 2 y el tipo 1; en cuanto a la diabetes gestacional, ésta se diagnostica durante el embarazo y, en realidad, corresponde habitualmente a pacientes en fases tempranas de diabetes tipo 2. El embarazo es una especie de prueba provocativa para el organismo, que desenmascara problemas en el manejo de los carbohidratos en presencia de una predisposición para contraer diabetes. Al término del embarazo, ésta desaparece en la mayoría de las mujeres, pero 10 años después la mitad de ellas la desarrollan. Otras causas de la afección consisten en padecimientos que afectan la función del páncreas, por ejemplo, tumores o pancreatitis, o en los que favorecen una mayor resistencia a la acción de la insulina, como ocurre en el caso de problemas de hipercortisolismo o hipertiroidismo.
¿Siempre tienen que presentarse síntomas
en presencia de diabetes?
No necesariamente. Una persona con diabetes bien controlada permanece sin síntomas. Por otro lado, usted puede tener niveles elevados de glucosa en la sangre y exclusivamente presentar un poco de cansancio, acudir con más frecuencia al baño a orinar y tender a bajar de peso sin una clara explicación, e incluso acostumbrarse a ello; de hecho, en las mujeres son frecuentes las infecciones vaginales que no responden al tratamiento habitual.
Recuerde que mantener elevados los niveles de glucosa en sangre durante un tiempo prolongado (años) es el principal factor de riesgo para el desarrollo de complicaciones. No se confíe, emplee todo el esfuerzo necesario para mantenerlos en rangos cercanos a los normales.
0 comments:
Publicar un comentario