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CUANDO LLEGA EL INVIERNO: BENEFICIOS DE LA EQUINÁCEA

BEBÉS LACTANTES: NORMAS Y CONSEJOS PARA AMAMANTAR AL BEBÉ


Primeras doce horas 

Al niño no se le debe proporcionar alimento hasta pasadas 12 horas del nacimiento. Durante este tiempo se le dará suero glucosado cada 3 horas. Es conveniente poner el niño al pecho durante el primer día de vida durante 2 minutos aproximadamente para así empezar a estimular la secreción láctea.

Duración de cada tetada

Pasadas las 12 horas, la madre debe amamantar al hijo durante 5 a 10 minutos en cada pecho (durante la primera semana), En estos primeros minutos el bebé obtiene casi toda la leche; prolongar la tetada solo supondría una maceración del pezón, con la consiguiente aparición de grietas y el aumento de aerofagia (deglución de aire junto con el alimento) en el niño. 

A partir de la semana del nacimiento se dejará de 10 a 15 minutos de cada lado, nunca más, por la misma razón. Cuando el pezón esté más endurecido dejaremos que el bebé vacíe un pecho antes de comenzar con el otro.

Número de tetadas 

Durante los 3 ó 4 primeros días, en los que ya existe secreción calostral, se pondrá al bebé al pecho unas 7 veces al día con intervalos de 3 horas. El resto del primer mes no es aconsejable hacerle una reglamentación severa de las tomas, así, el niño podrá mamar un máximo de 8 veces al día para estimular la secreción láctea y para el correcto aprendizaje de la succión. 

Pasado el primer mes se recomienda una reglamentación de la lactancia siguiendo estas técnicas: 

• Regla de Marfan (escuela francesa): una toma cada 3 horas y un número total de 7 al día, con descanso nocturno de 6 horas. Horario: 6, 9, 12, 15, 18, 21 y 2+ horas. 

• Regla de Czerny (escuela alemana): cada 4 horas y en número de 5 tomas diarias, con descanso nocturno de 8 horas. Horario: 7, 11, 15, 19 y 23 horas. 

Cualquiera de estas dos técnicas es aplicable, pero las dos tienen una regla en común que ninguna madre se debería saltar: no dar el pecho durante la noche. El descanso de 6 u 8 horas sin alimento es necesario para el niño (para que descansen sus órganos internos y se regule la absorción del alimento) y también para la madre, ya que un buen descanso proporciona abundancia y calidad en la leche, así como buenos sentimientos hacia el bebé; por el contrario, la falta de descanso en la madre disminuye la cantidad y calidad de la leche.

¿Qué hacer si el niño pide alimento por la noche?

El niño tomará su último alimento a las 11 ó 12 de la noche y no reanudará su alimentación hasta las 6 ó 7 de la mañana.

Si en el curso de la noche pidiera de comer, se le administrará un poco de manzanilla nidonizada y a pequeños sorbos, nunca leche u otro alimento, a pesar de que llore sin cesar durante algún tiempo y no se quede satisfecho con la manzanilla. 

La «prueba» más difícil está en los padres, ya que se cede con facilidad ante el llanto del niño y sobre todo durante el horario nocturno. Si conseguimos negarle el alimento durante 365 días, pronto se acostumbrará y diferenciará el tiempo de descanso del de vigilia, lo que permitirá regular notablemente la vida de los padres y del niño. De esta forma no pedirá el alimento hasta las primeras horas de la mañana.

Una nueva tendencia 

Con respecto al número de tomas y al horario, se está difundiendo por pediatras americanos, el llamado Método de Modemanda. Consiste en dar de mamar al bebé cuando éste lo pida, es decir, cuando llore. Este metodo tiene su base en principios psicológicos. Algunos psicólogos sostienen la teoría de que ciertos lactantes sometidos a un regimen severo pueden llegar a desarrollar complejos de frustación. 

La rigidez nunca es buena dentro de la disciplina debe haber flexibilidad. De todas formal creemos que el método de autodemanda no es aconsejable, Pues el niño alimentado de esta forma suele ser irritable, caprichoso y excesivamente dependieate de la madre. En algunos toma se corre el riesgo de administrar al bebé alimento cuando llora por un dolor de estómago, gases u otra dolencia en su aparato digestivo. Con lo que la ingestión de leche aún le perjudicaría. 

Se sabe también que no hay una correspondencia entre lo que se come (apetito) y lo que realmente necesita el organismo. Normalmente se suele comer más de lo necesario. En resumen, deben tenderse a una lactancia reglada, pero no muy severa. Siempre hay días en que el niño pide su alimento poco antes de las 3 horas y otros en los que a las 3 ó 4 horas de su última ingesta aún no tiene apetito. En estos casos, se atrasa o adelanta un poco el tiempo de la mamada.

Cómo dar el pecho 

Durante las primeras mamadas, y mientras la madre se halle en la cama, se colocará el niño cerca de ella. En cuanto a la postura, si la madre se encuentra sentada en la cama, puede ponerlo sobre sus brazos procurando apoyar el codo del brazo que sujeta la cabeza del niño sobre una almohada o similar.

Si la madre está acostada puede moverse hacia un lado, de tal forma que quede apoyada sobre su cadera. Acercará el bebe hacia el pecho de modo que éste quede tumbado en la cama con la cabeza sobre el brazo de la madre o un cojín. Para asegurar la estabilidad de la postura, la madre puede ponerse una almohada en la espalda. 

En cuanto a la técnica, junto al extremo del pezón debe introducirse también una parte de la areola, a fin de evitar la aparición de grietas. Al cabo de unos segundos de succión, la secreción láctea sale al exterior. 

Hay que tener siempre la precaución de que el niño no esté totalmente horizontal a fin de evitarle dolencias de oído; el conducto del oído del bebé es más corto y ancho que el del adulto, por lo que puede pasar leche de la garganta a éste y producir infección e inflamación. 

Cuando la madre se halla levantada, puede situarse en una silla baja y cómoda. Si es nesario, puede incluso poner los pies encima de un pequeño taburete para mantener sus rodillas más altas y de este modo sujetar con comodidad al niño. 

Si la madre tiene abundante leche, solo le dará de un pecho en cada toma, empezando la siguiente tetada por el pecho que no lactó el bebé. Si por el contrario no tiene mucha secreción conviene dar de los dos pechos cada vez, empezando por el que fue el último en la tetada anterior. 

Es muy importante que mientras el bebé esté lactando la madre se rodee de una ambiente tranquilo y silencioso para evitar que el niño se distraiga o intranquilice. La atención de la madre debe estar centrada en él, dejando la lectura, la televisión o la conversación que le ausente de este maravilloso acto. El vínculo que se establece durante la lactancia entre madre y niño se acrecienta si la mujer hace de este período una etapa consciente, tratando de dar a su hijo el máximo afecto posible. 

Nunca se debe dar el pecho cuando la madre se halle sobresaltada, con ansiedad, tensión o estados emocionales negativos. Estas alteraciones provocan el vertido a la sangre de adrenalina, una hormona, que tiene efecto excitante. Esta hormona pasa a formar parte de la leche, ocasionando en el niño trastornos nerviosos o gastrointestinales. 

Al final de cada tetada el niño debe expulsar el aíre que ha ingerido junto con el alimento, de no hacerlo así puede sentir molestias en el vientre, y con más frecuencia presentar vómitos después de la ingesta. La postura ideal para ayudarle a expulsar el aire es la siguiente: se coge al niño en posición vertical y se le apoya contra el hombro y el pecho del adulto, se le presiona la cintura y la espalda ligeramente hacia dentro o se le dan suaves golpes.

Higiene de las mamas 

Es muy importante la higiene de las mamas, especialmente en pezones y areolas que deben lavarse cuidadosamente con agua hervida antes y después de las mamadas. El jabón y el alcohol es preferible no utilizarlos, ya que resecan el pezón. El agua esterilizada se puede guardar en una botella previamente hervida (es conveniente que tenga vaporizador para poder aplicar el agua directamente de la botella a la mama). Después del lavado, se pondrá una gasa estéril sobre el pezón, y en caso de tener propensión a las grietas se untará con pomada antigrietas, asegurándonos de que la marca utilizada contenga vitaminas regeneradoras de la piel.

El pezón se limpiará cuidadosamente antes de cada mamada. 

El sujetador no debe apretar demasiado y debe cambiarse siempre que se moje de leche.

Higiene en la alimentación de la madre 

Debe ser variada y completa, procurando evitar los productos tóxicos y excitantes a los que ya se aludió. La alimentación equilibrada de la madre es de vital importancia para la formación correcta de los órganos del niño y su buen funcionamiento. Desaconsejamos las carnes, pescados y mariscos, procurando sustituirlos por alimentos más saludables como leche, huevos, yogur, quesos, frutos secos, legumbres, verduras crudas, frutas frescas, cereales, polen, levadura de cerveza, germen de trigo, etc. 

La mujer que lacta, a ser posible, no modificará su actividad habitual. El trabajo físico debe ser moderado, procurando evitar los deportes competitivos o que requieran un gran esfuerzo físico, por la consiguiente liberación de adrenalina.

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