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CUANDO LLEGA EL INVIERNO: BENEFICIOS DE LA EQUINÁCEA

TOXINAS CON LA QUE SOMOS BOMBARDEADOS A DIARIO


Aunque no seamos conscientes de ello, las toxinas entran en nuestro cuerpo a través del aire que respiramos, los alimentos que comemos, el agua que tomamos, y el contacto directo con nuestra piel. Hay algunas fuentes asombrosas de toxinas a las que también debemos prestar atención. 

TOXINAS COMUNES 

Estas son las vías principales por las que las toxinas entran a nuestro cuerpo: 

- La contaminación del aire.

Lamentablemente, la mayoría del aire que existe en el planeta está sucio. En las principales áreas metropolitanas, e incluso en áreas más pequeñas donde existen plantas químicas y otras instalaciones industriales, el humo es tan común que la gente ya casi ni lo nota. En las áreas rurales los pesticidas, el polvo y el ozono contribuyen con el problema. 

El monóxido de carbono que proviene de los autobuses, automóviles y aviones; los metales pesados y los químicos de las fábricas y refinerías; y el humo proveniente de los incendios forestales y la agricultura, contribuyen con la ensalada de gases que respiramos. 

- Problemas domésticos 

A veces, el aire dentro de nuestra vivienda puede ser tan malo como el de afuera, e incluso peor. Los productos químicos, las bacterias, el moho y las bacterias mohosas quedan atrapadas y circulan una y otra vez por los sistemas de calefacción y aire acondicionado de los inmuebles. Lo mismo ocurre con los compuestos químicos que se utilizan en construcción. Las alfombras nuevas y las planchas de madera liberan formaldehido en el aire que respiramos. Las pinturas liberan solventes no saludables. Fumar cigarrillos es una gran amenaza para la salud en muchos hogares. Aunque muchos municipios y estados han aprobado la prohibición de fumar en lugares públicos, millones de personas todavía fuman al aire libre (¿alguna vez ha pasado por el “área de fumadores” en la parte exterior de un hospital?). 

Según la Sociedad Americana contra el cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) cerca de la mitad de los estadounidenses que aún fuman morirán a causa de ese hábito. Según la ACS, fumar cigarrillos es la causa número uno de cáncer de pulmón, y se esperaban más de 221 000 casos nuevos (de más de 1,6 millones en total) en el 2015. En total, para ese año la sociedad pronosticó más de 589 000 muertes por cáncer.  

- Comida 

Casi todos los productos no orgánicos corren el riesgo de estar contaminados con pesticidas, herbicidas, parásitos y químicos. Estas toxinas y microbios terminan en nuestros alimentos y nuestro cuerpo. Los pesticidas son extraídos de la comida en el tracto intestinal del animal, y lo que el hígado de ese animal no puede desintoxicar, queda almacenado en su tejido adiposo. Cuando consumimos carne, todo eso llega a nuestro tejido adiposo, incluyendo el tejido adiposo del cerebro. Si comemos alimentos procesados, le abrimos la puerta a una cantidad de sustancias químicas como colorantes artificiales, agentes saborizantes, preservativos químicos, emulsificadores, texturizadores, humectantes, gases de maduración, agentes blanqueadores, y sustitutos del azúcar como el aspartamo. 

Estos aditivos químicos normalmente son derivados de (prepárese) petróleo o alquitrán mineral. Los agentes blanqueadores pueden ser tan tóxicos, que en Alemania su uso en la harina está prohibido desde 1958. 

- Otras sustancias comunes, pero extremadamente peligrosas, son los pesticidas. 

Algunos fueron prohibidos, pero aún se utilizan en países de los cuales importamos productos, por lo que estas sustancias químicas prohibidas igualmente terminan en nuestros platos. 

Otros químicos tóxicos, como el DDT (dichloro-diphenyl-trichloroethane) y los PCB (polychlorinated biphenyls), fueron prohibidos en Estados Unidos hace décadas, pero como estos químicos siguen estando en el agua, la tierra y el aire, los peces y los productos de origen animal continúan siendo grandes vehículos de DDT y PCB. 

El DDT fue desarrollado como pesticida en la década de 1940, y los PCB fueron creados y utilizados por primera vez como refrigerantes a finales de la década de 1920. La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) clasifica el DDT y los PBC como posibles cancerígenos para los seres humanos, ya que ambos causan cáncer de hígado en animales de laboratorio. 

- Los parásitos son otros enemigos que se encuentran en nuestros alimentos. 

Una encuesta realizada entre varios laboratorios públicos reveló que 15,6 de los especímenes evaluados contenía algún tipo de parásito. 

- Quienes consumen más alimentos crudos tienen mayor predisposición a sufrir infecciones por parásitos. El manejo poco adecuado de los alimentos también nos expone a los parásitos intestinales. 

- Muchas veces los empleados de los establecimientos de comida no se lavan las manos antes de manipular los alimentos, y todo eso termina en nuestro plato. 

EVITEMOS EL METAL PESADO 

No me refiero a la música rock. Estoy hablando de sustancias como mercurio, cadmio, aluminio y plomo. Algunos individuos tienen tanto metal en su cuerpo, que necesitan tratamiento de quelación oral, intravenoso, o en forma de supositorios, para expulsarlos de su cuerpo. 

Diariamente deberíamos consumir alimentos o suplementos con clorofila, combinados con suplementos que contengan germinado de trigo, germinado de centeno, germinado de avena, algas saludables, y otros productos que nos ayuden a expulsar los metales pesados.
 
Otra fuente de toxinas para millones de personas está en sus propios dientes. Las amalgamas, también conocidas como platinos, contienen cincuenta por ciento de mercurio, además de estaño, cobre o plata. Aproximadamente un millón de personas se colocan amalgamas cada semana. Las amalgamas originales, fabricadas entre 1850 y 1974, liberaban mercurio lentamente durante más de treinta años. Sin embargo, desde 1974 las amalgamas liberan suficiente mercurio en el cuerpo para ocasionar problemas de tres a cinco años después. 

- Una amalgama normal contiene 750 000 mcg de mercurio y libera 10 mcg de mercurio al día. 

- Cuando el mercurio entra en la membrana de una célula, los sistemas inmunológicos del cuerpo pueden terminar identificándola como una célula anormal que debe ser destruida. El sistema inmunológico puede entonces formar anticuerpos contra las células normales de nuestro cuerpo, ya que al contener mercurio parecen anormales. Esto puede originar artritis reumatoide, tiroiditis de Hashimoto, dolores musculares, lupus y otras enfermedades autoinmunes. 

Quienes sufren intoxicación por metales pesados, como ocurre en el caso de la lenta liberación de mercurio de las amalgamas dentales, normalmente no lo notan a la primera porque los síntomas aparecen lentamente. La víctima simplemente se siente mal y dice cosas como: “No sé qué me pasa. Simplemente no me siento bien, me siento muy cansado”. 

Durante muchos años, la comunidad odontológica sostuvo que el mercurio estaba muy bien mezclado con otros componentes metálicos y que no se escapaba de las amalgamas dentales. Pero investigaciones han demostrado que los vapores de mercurio sí se liberan durante la masticación y el cepillado. 

Lo mismo ocurre cuando entra en contacto con alimentos calientes o ácidos. Un estudio demostró que los niveles de vapor de mercurio en la boca luego de masticar eran cincuenta y cuatro veces más altos en personas con amalgamas que en personas sin ellas. 

Ahora sabemos que es físicamente imposible que el mercurio se quede “encerrado” en la amalgama cuando esta es colocada en una pieza dental. La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades clasifica al mercurio como la tercera sustancia más tóxica conocida por el hombre, más tóxica que el plomo, el cadmio y el arsénico. Todavía sorprende que los odontólogos la coloquen en las bocas de sus pacientes. 

Cuando un odontólogo retira una amalgama, la Administración de la salud y seguridad ocupacional le exige que la coloque en un contendedor para residuos biológicos sellado. 

DENTRO DE LA BOCA 

Si usted tiene una amalgama es probable que desee retirársela, pero tenga mucho cuidado. Muchos odontólogos han compartido historias de horror de pacientes que quedaron en peor estado luego de solicitar la remoción de sus amalgamas. 

Existe una forma segura de hacerse retirar las amalgamas. Comience por buscar un buen odontólogo biológico, que esté al tanto de los peligros del mercurio y conozca bien la manera correcta de retirar las amalgamas. Tal vez le haga una prueba de masticación controlada para determinar la cantidad de mercurio que expulsan sus amalgamas. Podría realizar lecturas eléctricas de sus amalgamas para determinar la secuencia en que debe retirarlas, quizá removiendo primero las que tienen mayor carga negativa o la que se están filtrando. Y si su odontólogo le recomienda amalgamas para usted o sus hijos, recuerde los riesgos potenciales del mercurio y rehúsese. Si el odontólogo insiste, búsquese otro odontólogo. La porcelana cuesta más, pero puede salvarle la vida. Si usted tiene rellenos de compuestos, es posible que sean temporales y no deben dejarse durante mucho tiempo. 

Por favor, no corra a quitarse todas sus amalgamas, ya que eso podría traerle problemas de salud. Busque mejor un buen odontólogo biológico que pueda quitárselas de forma lenta y segura. 

PRODUCTOS PARA EL HOGAR 

Los solventes que se utilizan en los productos de limpieza para disolver materiales no solubles en agua contienen toxinas que, si entran en contacto con la piel, son absorbidas por el cuerpo. Recuerde, las compañías farmacéuticas actualmente utilizan métodos transdérmicos (a través de la piel) para liberar hormonas y para suministrar algunos medicamentos para la presión sanguínea, nicotina, etcétera. Si estos químicos entran en contacto con la piel, el cuerpo absorberá algunos de ellos. 

En algunos casos, la mayoría de los químicos tóxicos son absorbidos, especialmente ciertos solventes, limpiadores, etcétera. Entre los productos tóxicos para la limpieza del hogar están los diluentes para pinturas, los quitamanchas, los barnices, el amoníaco, el cloro, los limpiadores de vidrios y los pulimentos para metales y muebles. 

Algunos muebles y productos para el hogar pueden emitir toxinas. Por ejemplo: el formaldehido que se utiliza en las tablas enchapadas, los rellenos sobre los que se instalan las alfombras, los pegamentos para alfombras, los muebles tapizados, las cortinas y la ropa de cama, puede causar fatiga y dolores de cabeza. 

Los destilados del petróleo que se encuentran en los pulimentos para metales pueden ocasionar visión borrosa temporal si estamos en contacto con ellos durante períodos de tiempo cortos. Un contacto más prolongado puede dañar el sistema nervioso, la piel, los riñones y los ojos. 

El fenol y el cresol, componentes de los desinfectantes, son corrosivos y pueden ocasionar diarrea, desmayos, mareos y daños en el hígado y los riñones. 

El nitrobenceno que se encuentra en las ceras para pisos y muebles puede ocasionar decoloración de la piel, respiración entrecortada, vómitos y la muerte, y está asociado con el cáncer y malformaciones congénitas. 

¡No los mezcle! 

Si alguna vez ha mezclado cloro y amoníaco, probablemente se llevó una desagradable sorpresa. 

El hipoclorito de sodio, un ingrediente de los blanqueadores con cloro, libera un gas tóxico que si se mezcla con el amoníaco puede generar síntomas leves de asma u otros problemas más graves. 

El benceno fue clasificado como un cancerígeno tipo A por el Grupo de Trabajo Ambiental debido a su relación con el aumento del riesgo de leucemia. Es utilizado en una amplia gama de productos que muchos usamos diariamente: limpiadores para alfombras, líquidos para limpiar, acondicionadores, detergentes, tintes, esmaltes en aerosol, pinturas en aerosol, removedores de pintura, diluyentes para pinturas, plásticos, solventes, quitamanchas, acrílicos en aerosol, barnices, pisos de vinil, acabados para pisos, aclaradores de madera, preservativos de la madera y muchos otros productos sintéticos. 

Además de los productos para el hogar, un estudio realizado en el 2006 hizo sonar las alarmas sobre niveles de benceno en algunos refrescos, especialmente los que tienen sabor a naranja, fresa, piña y arándanos. Cinco por ciento de los refrescos analizados contenían niveles de benceno que exceden los límites de la EPA para el agua. 

Como compradores, debemos estar atentos: aunque un refresco no contenga benceno en el momento de su fabricación, este se puede formar en él cuando es expuesto al calor o la luz. 

El percloroetileno (también conocido como perc, PCE y tetracloroetileno) y el solvente 1, 1, 1 tricloroetano, presentes en los quitamanchas y los limpiadores para alfombras, pueden ocasionar daños en el hígado y los riñones si son ingeridos. El perc, clasificado como cancerígeno por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS, por sus siglas en inglés), ha ocasionado tumores hepáticos y renales en animales de laboratorio. El perc normalmente es usado en la limpieza al seco. Para evitar reacciones adversas por el uso de perc, asegúrese de quitarle el plástico a sus prendas lavadas al seco, y permita que se ventilen durante varios días antes de usarlas o plancharlas. 

CÁMBIESE A LOS PRODUCTOS NATURALES 

La mayoría de la gente no sabe que existen opciones. No estamos obligados a comprar productos que contienen químicos dañinos para limpiar nuestra casa. Acá le recomiendo algunos productos naturales que casi todos tenemos en casa y que pueden ser usados en la limpieza del hogar. 

- El jugo de limón, que contiene ácido cítrico, es un producto desodorante que puede ser usado para limpiar vidrios y eliminar manchas en superficies de aluminio, telas y porcelanas. Es un blanqueador suave si se usa bajo la luz del sol. 

- El vinagre contiene aproximadamente cinco por ciento de ácido acético, por lo que es un ácido suave. El vinagre, al ser ligeramente ácido, puede disolver depósitos minerales y grasas, remover restos de jabón, eliminar acumulaciones de moho o cera, pulir algunos metales y desodorizar. También puede limpiar superficies de ladrillo o piedra; es un ingrediente que se encuentra en los limpiadores de alfombras; y puede ser utilizado para eliminar el sabor metálico en cafeteras y para limpiar ventanas. El vinagre se puede diluir con agua, pero no es necesario. 

Es posible puede fabricar un limpiador multiusos con vinagre y sal. 

Si usted usa limpiadores químicos, le aconsejo que use guantes de goma. Eso evitará que su piel entre en contacto directo con los químicos y que su cuerpo los absorba. Use los productos de limpieza en áreas bien ventiladas para que las emanaciones no afecten sus pulmones. 

PRODUCTOS DE HIGIENE PERSONAL 

Todos los días nos aplicamos productos personales —rociándolos, cepillándolos, o untándolos en nuestro cuerpo— que pueden contener químicos de fuentes insospechadas. 

Untamos químicos en nuestro rostro, nos los aplicamos en el cuerpo y nos los rociamos en el cabello. 

Los desodorantes y antitranspirantes contienen sustancias químicas como el amoniaco, el formaldehido, el triclosán y el clorohidrato de aluminio. El triclosán que se encuentra en algunos desodorantes ha causado daño hepático en las ratas de laboratorio. 

Pero existen alternativas saludables. Algunas compañías se han comprometido a no utilizar químicos que sean perjudiciales para el ser humano. El tolueno (un solvente parecido al benceno), un ingrediente común en perfumes y colonias, puede contribuir con las arritmias cardíacas y causar daño neurológico. Una forma de evitarlo es aplicando el perfume o colonia sobre la ropa, y no sobre la piel. 

Un compuesto llamado p-Fenilendiamina (PPD) es utilizado en casi todos los tintes que hay en el mercado, incluso en los llamados productos “naturales” o “herbales”.

Normalmente, cuanto más oscuro es el color, mayor es la concentración de PPD. Podemos estar expuestos al PPD por inhalación, absorción cutánea, ingestión o contacto con la piel y los ojos. Algunos estudios sugieren que existe una conexión entre los tintes de cabello y la mielodisplasia, el mieloma múltiple, la leucemia y la preleucemia, el linfoma no hodgkiniano y la enfermedad de Hodking.

 Para reducir el riesgo de exposición al PPD, yo recomiendo usar tientes de pelo de colores más claros. Si necesita usar colores más oscuros, recomiendo los colores semipermanentes. 

Otro método para expulsar las toxinas a las que estamos expuestos es ejercitarnos de forma habitual. Uno de los beneficios del ejercicio es que ayuda al sistema linfático a eliminar los residuos celulares. El ejercicio aeróbico puede triplicar el flujo linfático, lo cual significa que el cuerpo puede liberar el triple de toxinas si realizamos ejercicios aeróbicos habitualmente.

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