Consumo de alcohol:
¿Las personas con diabetes pueden consumir bebidas alcohólicas?
No existen evidencias de que el consumo de bebidas alcohólicas tomadas con moderación en las comidas y en forma ocasional sea dañino para una persona con diabetes. Sin embargo, consumir alcohol en exceso puede favorecer alguna afección del hígado y propiciar el descontrol crónico de la diabetes, pues generalmente se pierde la disciplina que se requiere para el buen control de la misma.
¿Qué precauciones debo tener en cuenta?
Consulte a su médico para saber si puede tomar alcohol y la cantidad permitida. No obstante, debe evitar ingerirlo si padece gastritis (inflamación del estómago), pancreatitis (inflamación del páncreas) o bien si tiene cifras de triglicéridos muy elevadas o si ya presenta afección del hígado.
Evite el consumo excesivo, en especial si su alimentación es rica en grasas o tiene los triglicéridos (tipo de grasa en la sangre) elevados.
El exceso de alcohol generalmente se asocia con mal control de la diabetes. Tomar en exceso sin antes haber consumido alimentos, puede favorecer el desarrollo de episodios de hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre), debido a que el alcohol interfiere con la capacidad del organismo -concretamente del hígado- para producir su propia glucosa en condiciones de ayuno y en respuesta a bajas de azúcar en la sangre. Por ello, una persona con diabetes nunca debe tomar alcohol con el estómago vacío. Aun cuando usted sea tratado con hipoglucemiantes orales, el alcohol puede bajar la glucosa en la sangre. Es preferible consumir alimentos si piensa tomar alcohol, pero si usted desea perder peso, recuerde que este producto aporta energía y, por ello, dificulta el logro de este objetivo.
Procure tomar al menos un refrigerio con las bebidas alcohólicas y evite exceder el número de calorías de su alimentación.
¿Qué le ocurre al alcohol en el cuerpo?
La mayor parte del alcohol (o etanol) de las bebidas se va al hígado, el cual se encarga de transformarlo en energía. De él proviene una gran proporción de las calorías (energía) de los destilados (whisky, brandy, ginebra, vodka y tequila), mientras que otras son derivadas de los hidratos de carbono (carbohidratos) que hay en otras bebidas, como los vinos dulces y la cerveza.
El alcohol actúa en el cuerpo como una grasa, por lo que generalmente se resta de la alimentación a manera de intercambios (equivalentes) de grasas.
¿Qué bebidas debo preferir?
Si toma con moderación (no más de dos copas al día), puede elegir las bebidas que más le agraden. Los vinos demasiado dulces son la excepción, tales como el oporto y los licores. Si va a ingerir mezcladores con sus bebidas, las mejores opciones son los refrescos bajos en azúcar o libres de ella, como los dietéticos o el agua mineral.
¿Es más recomendable la cerveza light que la regular?
Sí, pues contiene menos alcohol y carbohidratos y, por lo tanto, menos calorías. De la misma manera, es mejor el vino seco.
¿Las bebidas alcohólicas tienen algún beneficio?
El consumo moderado (no más de dos copas al día) está asociado con una reducción en la incidencia de enfermedades del corazón. El alcohol eleva las concentraciones en la sangre de una sustancia conocida como lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL), la cual protege contra males cardiacos; sin embargo, se debe evitar su consumo si se tienen cifras muy elevadas de triglicéridos.
Guías generales para el consumo de alcohol
- Discuta el consumo de bebidas alcohólicas con su médico.
- No tome con el estómago vacío.
- Beba con lentitud.
- Evite bebidas dulces o azucaradas.
- Haga los ajustes calóricos necesarios para compensar la cantidad de calorías contenida en las bebidas alcohólicas.
- Si bebe, hágalo con moderación.
Preguntas frecuentes:
¿Al seguir un plan de alimentación es indispensable apoyarse en la lista de intercambios?
En términos generales, el plan de alimentación de una persona con diabetes consiste en una dieta prudente y bien equilibrada. Al interrogarlo, el médico o el nutriólogo quizá puedan constatar que lo que usted come habitualmente es, en realidad, lo adecuado. En estos casos las recomendaciones consisten sólo en evitar azúcares refinados, como dulces, pasteles, chocolates, galletas, etc., así como en reducir el consumo de grasas de origen animal y evitar el consumo de cantidades excesivas de carbohidratos (p. ej., frutas y panes o harinas).
La lista de intercambios es muy útil, porque muestra el valor calórico y nutritivo de los diferentes tipos de alimentos comestibles, porque así usted aprende a comer y a reconocer la forma en que interactúan los alimentos; por lo tanto, en la mayoría de los casos no es imprescindible, más no deja de ser una excelente alternativa.
¿Por qué es conveniente evitar los dulces y todo tipo de azúcares refinados?
Los niveles de glucosa en la sangre de una persona con diabetes deben mantenerse en rangos lo más cercanos posible a los valores normales. Esto debe ocurrir tanto en ayuno como después de consumir alimentos (valores idealmente menores de 130 mg/dL en ayuno y menores de 180 mg/dL una a dos horas después de los alimentos).
El proceso de la digestión en el caso de azúcares complejos, como la papa, el pan o la tortilla, implica el desdoblamiento de almidones, por lo que el azúcar se absorbe lentamente, lo cual permite la liberación progresiva de insulina por parte del páncreas. En cambio, si se consume un dulce o refresco, la glucosa es absorbida inmediatamente a la circulación y no hay tiempo para que se produzca la hormona en concentraciones apropiadas, lo cual se manifiesta en niveles muy elevados de la glucosa en la sangre después del alimento. Por eso mismo, este tipo de nutrimentos (dulces, jugos o refrescos) son los indicados en el tratamiento de las reducciones de azúcar.
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