Entrada destacada

CUANDO LLEGA EL INVIERNO: BENEFICIOS DE LA EQUINÁCEA

CONDUCTORES Y PASAJEROS CON BUENA EDUCACIÓN


Dedicamos este artículo a los conductores de automóviles, que tienen un protagonismo esencial en casi todas las sociedades, en las que el coche se ha convertido en el principal medio de transporte. Las buenas maneras entrarán en juego tanto si usted es conductor como si es usuario de un coche que conduce otra persona.

El primer planteamiento que debemos hacernos es el orden en el que vamos a tomar asiento si no somos nosotros los que conducimos. Es descortés que ocupemos un asiento trasero si somos el único acompañante, salvo en el caso de que el conductor sea nuestro chófer o viajemos en un vehículo oficial. 

Si hay varios ocupantes reservaremos un asiento posterior al de mayor edad y evitaremos que los niños viajen delante.

No bajaremos la ventanilla sin antes preguntar a los demás ocupantes del vehículo. Es posible que a alguien le produzca mareos viajar en coche. Si así es, aunque el aire nos incomode, sí se permitirá a esa persona bajar su ventana. 

No debemos fumar en el interior de un coche sin pedir permiso al responsable.

Por seguridad, evitaremos cualquier acto que pueda distraer la atención del conductor. Si somos su pareja debemos posponer las manifestaciones cariñosas para otro momento y lugar, a fin de no sufrir un percance que podamos lamentar. 

Tampoco es recomendable mantener conversaciones profundas con el conductor del vehículo ni reprenderle por su manera de conducir. Esto no quiere decir que si observamos en él una actitud temeraria no le advirtamos del peligro y le pidamos por favor que modere su velocidad, al menos mientras viaje acompañado. Pero estarán de más comentarios que dependan de nuestra particular visión de la carretera o del resto de vehículos, ya que no seremos nosotros los conductores.

Pongámonos ahora en el caso de los conductores, tan temidos en muchas ocasiones. Las buenas maneras de los conductores están relacionadas con el uso personal del vehículo si no viajan solos y, evidentemente, con su talante y manera de conducir. 

Es obvio que como conductores tendrán que respetar las señales e indicaciones de tráfico, por nuestro propio bien y por el bien del resto de usuarios de las carreteras. Los límites de velocidad no se sobrepasarán, pero tampoco circularemos a una velocidad excesivamente lenta, tan peligrosa como el extremo contrario.


Guardaremos la distancia mínima con el vehículo inmediatamente anterior, haremos uso de las luces cuando las circunstancias así lo obliguen y viajaremos con el cinturón de seguridad puesto. Además, en caso de viajar acompañados, nos aseguraremos que los demás ocupantes del vehículo llevan abrochados sus respectivos cinturones.

Aparte de las limitaciones propias de la carretera por la que circulemos y las normas generales de seguridad vial, estamos obligados a comportarnos de manera educada ante el volante. 

No debemos vaciar el cenicero por la ventanilla ni tirar cualquier otro tipo de desperdicio. Si fumamos, apagaremos la colilla del cigarro en el cenicero y no la tiraremos encendida por la ventana.

Debemos mostrar respeto por el resto de conductores que circulen a la par que nosotros. No quitaremos el sitio a otro conductor que haya señalizado que va a estacionar su vehículo. 

Cuando paremos el coche o en cualquier otro momento en el que tengamos que abrir una puerta, miraremos antes de hacerlo, con el objetivo de no embestir a alguien que en ese momento transite por la vía pública.

Por alguna extraña razón sobre la que aún no hay consenso, muchas personas desarrollan una personalidad agresiva cuando conducen, que se traduce en distintas manifestaciones carentes de educación. Aspavientos, insultos dirigidos a otros conductores y otro tipo de juramentos que preferimos no mencionar se suceden ante el volante por parte de estos conductores. Ante el volante no hay que perder las formas, entre otras poderosas razones porque una de las cosas que se pone en juego en la carretera es la propia vida. Evite estos gestos y expresiones incorrectas cuando conduzca, no son síntoma de dominar el coche y el arte de conducir, como tampoco lo es la velocidad, tal como creen ciertas personas.

Si es usted el conductor, será el último en subirse al coche y se encargará de comprobar que todas las puertas están debidamente cerradas y los ocupantes correctamente sentados antes de ocupar su asiento y arrancar el vehículo. Si en el coche hay damas, tendrán preferencia sobre los caballeros a la hora de subirse y en la elección de las plazas. 

Si alguien se apea antes de llegar al lugar de destino, usted mismo se encargará de bajar y abrirle la puerta en el caso de que sea una mujer.

En el caso de que esté involucrado en un accidente de tráfico, causado por usted o por otro conductor, compórtese civilizadamente. Firme el parte y asuma su culpa, si la tiene, para que su seguro se haga cargo de los daños causados, tanto al vehículo como a sus ocupantes.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:



0 comments:

Publicar un comentario

SALUD Y BIENESTAR (Pincha en la imagen)

RECETAS DE COCINA (Pincha en la imagen)

ALIMENTACIÓN INFANTIL (Pincha en la imagen)

AYURVEDA. LA MEDICINA NATURAL (Pincha en la imagen)

TODO LO QUE NECESITAS PARA TU MASCOTA (Pincha en la imagen)

EDUCACIÓN Y BUENAS MANERAS (Pincha en la imagen)