Bacterias y antibióticos
Tanto las bacterias como los hongos son microbios que se encuentran dentro y fuera de nuestro cuerpo. La mayor parte de los microbios no son peligrosos, es más, muchos de ellos incluso pueden ser beneficiosos para el ser humano pero otros tantos provocan enfermedades, infecciones: de oidos, garganta, dentales, del tracto urinario...
¿Qué son los antibióticos?
El antibiótico es el remedio ideal para prevenir y tratar las infecciones causadas por bacterias específicas en las personas, los animales y los cultivos.
En la atención médica, los antibióticos son el arma más utilizada para combatir infecciones bacterianas potencialmente mortales.
¿Qué es la resistencia a los antibióticos?
La resistencia a los antibióticos ocurre cuando los microbios se hacen fuertes y ya no surge efecto la medicación creada para eliminarlos. La enfermedad entonces, sigue adelante. Eso significa que los microbios no se eliminan y continúan multiplicándose. No significa que el cuerpo sea resistente a los antibióticos.
Las bacterias y los hongos buscan y encuentran constantemente maneras nuevas de evitar los efectos de los antibióticos utilizados para tratar las infecciones que ocasionan.
Las infecciones causadas por microbios resistentes a los antibióticos son difíciles y algunas veces imposibles de tratar.
En muchos casos, las infecciones resistentes a los antibióticos requieren ingreso hospitalario de larga duración, consultas adicionales de seguimiento con el médico y alternativas costosas y tóxicas.
Un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, advierte que la resistencia a los antibióticos representa una grave amenaza para la salud pública que está socavando nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas e infecciones adquiridas en la atención médica.
El informe señala que el uso de antibióticos es el "factor más importante que conduce a la resistencia a los antibióticos en todo el mundo".
La creciente resistencia a los antibióticos requiere una respuesta múltiple, que incluye un uso más juicioso por parte de los médicos, una reducción drástica en el uso rutinario de antibióticos en el ganado sano y una acción más eficaz por parte de los hospitales para proteger a los pacientes de las peligrosas superbacterias, según la Unión de Consumidores.
“El uso generalizado y el abuso de antibióticos están haciendo que estos medicamentos críticos sean menos efectivos para tratar enfermedades infecciosas”, dijo John Santa, director médico de Consumer Reports Health. “No frenar el uso innecesario de antibióticos tendrá consecuencias catastróficas para la salud pública”.
El informe de los CDC señala que hasta la mitad de todos los antibióticos recetados por los médicos cada año se administran innecesariamente o se usan de manera incorrecta. La campaña Choosing Wisely de Consumer Reports, un esfuerzo conjunto con la Fundación de la Junta Estadounidense de Medicina Interna (American Board of Internal Medicine, ABIM), está trabajando para reducir el desperdicio y el daño en la atención médica, incluido el uso excesivo de antibióticos. Como parte de ese esfuerzo, varios grupos médicos, incluida la Academia Estadounidense de Médicos de Familia y la Academia Estadounidense de Pediatría, han identificado afecciones comunes en las que el uso excesivo de antibióticos es evidente. Entre ellos se incluyen problemas como la sinusitis leve, el resfriado común y las infecciones de ojos y oídos.
Alrededor del 80 por ciento de todos los antibióticos que se venden en Europa y EE.UU. no se usan en humanos sino en animales, en su mayoría ganado que no está enfermo. Consumers Union cree que para preservar los antibióticos para el tratamiento de enfermedades en las personas, solo deben usarse en animales que están enfermos. Consumers Union ha instado durante mucho tiempo a la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. y al Congreso a prohibir el uso de antibióticos, excepto para el tratamiento de animales enfermos.
Además, Consumers Union ha pedido a los principales supermercados que aborden esta crisis de salud pública poniendo fin a la venta en sus tiendas de cualquier carne o ave que provenga de animales alimentados habitualmente con antibióticos para promover el crecimiento o prevenir enfermedades, y le pide a Trader Joe's que lidere la causa.
“No deberíamos desperdiciar antibióticos para hacer que los animales crezcan más rápido o para prevenir enfermedades”, dijo Jean Halloran, directora de Iniciativas de Política Alimentaria para Consumers Union. “Los humanos no toman antibióticos para prevenir enfermedades y tampoco deberían hacerlo los animales de granja sanos”.
El informe de los CDC estima que 23,000 estadounidenses mueren anualmente como resultado directo de infecciones resistentes a los antibióticos y la mayoría de ellas se deben a infecciones adquiridas en la atención médica.
Muchos más mueren por condiciones que se complicaron con tales infecciones. Además, 250.000 son hospitalizados con infecciones por Clostridium difficile (C. difficile) y 14.000 pacientes mueren a causa de ellas. Según los CDC, el uso de antibióticos es un factor importante que contribuye a estas infecciones por C. difficile.
“La mayoría de las muertes por infecciones resistentes a los antibióticos se deben a infecciones contraídas por pacientes mientras reciben tratamiento en el hospital u otros entornos de atención médica”, dijo Lisa McGiffert, directora del Proyecto de Paciente Seguro de Consumers Union.
“La mayoría de estas infecciones podrían prevenirse si los hospitales hicieran un mejor trabajo siguiendo de manera constante los protocolos que han demostrado proteger a los pacientes de estos riesgos mortales”.
El Proyecto Paciente Seguro de Consumers Union ha sido fundamental para lograr que los estados aprueben leyes de notificación de infecciones hospitalarias que eventualmente influyeron en un programa nacional que informa infecciones de la mayoría de los hospitales de EE. UU. Estos informes han sido clave para estimular los programas de prevención y brindan las herramientas para evaluar si se están logrando avances.
Los estudios muestran que los pasos simples de prevención cuando se brinda atención en el sistema de atención médica pueden reducir significativamente la infección, incluido el lavado estricto de manos, la preparación cuidadosa de los sitios quirúrgicos, la inserción estéril de vías centrales, sondas vesicales y otros dispositivos, así como usarlos solo cuando necesaria y pronta eliminación cuando no lo son.
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