Los brotes de semillas germinadas son una gran fuente de vitaminas y minerales para tu dieta.
Los brotes tienen una biodisponibilidad muy buena: el cuerpo podrá absorber fácilmente las vitaminas y minerales contenidos en los brotes. Los brotes están vivos, están cargados de enzimas. Las enzimas en los brotes ayudarán a digerir los alimentos cocidos que no tienen enzimas. Así que es una buena idea incluir semillas germinadas a tu comida, ya que las digerirás mejor.
Durante el proceso de germinación se produce un formidable aumento de hasta 1000 veces las vitaminas contenidas en las semillas secas, por lo que tienen un gran poder antioxidante tonificante y remineralizante sobre el organismo.
Para mantener todos los beneficios de los brotes, se deben comer crudos y evitar cocinarlos después de la germinación. Añádelas en el último momento en platos calientes.
Los germinados forman parte de los ingredientes que podemos clasificar dentro de todo lo que contribuye a una alimentación viva. Introducirlos en nuestros menús, junto con el zumo de hierbas, las algas, los oleaginosos, la fruta y la verdura fresca y cruda (proveniente de la agricultura ecológica), es una de las mejores formas de aportar al organismo un excelente potencial de energía. Energéticos, ricos en aminoácidos, vitaminas y oligoelementos, los brotes también son reconocidos por su riqueza en fibras, enzimas y por su rol como antioxidantes y alcalinizantes. Incorporar brotes al plato regala un nuevo aire a la alimentación cotidiana. Le dan un toque alegre y lúdico a los menús, al mismo tiempo que contribuyen a nuestro equilibrio nutricional. Para el paladar, el primer encuentro suele ser innovador y sorprendente...
Los brotes y sus hojitas tiernas nos invitan a participar en una fantasía decorativa que también alegra la vista. A diferencia de los alimentos cocidos, el consumo de alimentos crudos, vivos, es una experiencia que se «siente», generalmente se toma en menor cantidad, lo cual está justificado por la riqueza nutricional de los brotes.
A través de la experiencia y del contacto con esos alimentos de gran calidad, podremos notar períodos en que se siente necesidad de ellos, como simple toque en un plato o para hacer curas.
De forma muy sutil, los brotes tiernos nos ayudan a escuchar mejor nuestro cuerpo y a conocer nuestras necesidades alimentarias. Los brotes encierran en sí una energía primaveral, de nacimiento, de renovación, de «germen». Con toda lógica, se puede pensar que éstos ofrecen al cuerpo una información de «arranque». Por ello, la primavera y el inicio del verano (períodos en que las semillas germinan con más facilidad en nuestras cocinas), así como las mañanas, en el desayuno (el inicio de una jornada que puede beneficiarse así de una energía que «brota»), son a menudo los mejores momentos para consumirlos.
Brotes y salud
La germinación transforma el grano y comporta una serie de modificaciones positivas: las enzimas proceden a una predigestión en la cual el almidón se transforma en compuestos más fáciles de digerir; ¡las tasas de vitaminas y oligoelementos aumentan!
Tras la germinación, el valor nutritivo de las semillas se multiplica por diez y aportan al organismo vitaminas y oligoelementos que podemos considerar como biológicamente disponibles.
¿Qué encontramos en la composición de los brotes?
¡Proteínas vegetales!
En los brotes de soja y en los de judías mungo, en los de girasol, en los de sésamo, alfalfa y brócoli...
¡Más hierro!
Particularmente en el fenogreco, las lentejas, los berros, las espinacas, el hinojo, el sésamo, las lentejas coral, el brócoli, la quinoa...
Magnesio
En el trigo, las lentejas, el lino, las espinacas, el alforfón, el girasol, el sésamo...
Calcio
En las lentejas coral, los azukis, los berros, las espinacas, la quinoa, el sésamo...
Vitaminas del grupo B
En el trigo, las espinacas, el arroz, las lentejas...
Ácidos grasos esenciales
En los brotes de girasol, sésamo...
Fósforo, potasio, cobre
Se encuentran particularmente en los diferentes tipos de trigo, el brócoli, la zanahoria, la col, las espinacas, el hinojo, el fenogreco, los puerros...
Antioxidantes
Especialmente en la alfalfa, los diferentes tipos de trigo y el brócoli.
Una fuente rica en vitamina C
En todos los brotes, pero particularmente en los de las lentejas, la col lombarda, el brócoli, la alfalfa, los berros, la rúcula...
Las semillas germinadas tienen un poder alcalinizante. El consumo de cereales y legumbres germinadas puede ayudar a mantener o restablecer el equilibrio ácido-básico.
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