En caso de cesárea
Antes de iniciar el alumbramiento debe comentarse con el ginecólogo la intención de dar el pecho en caso de cesárea, pues en algunas clínicas se acostumbra administrar una sustancia que evita la subida de la leche, bien con la anestesia o bien después del parto junto con algunos medicamentos post-operatorios. No se debe dar el pecho al bebé hasta estar seguros de que se han eliminado la anestesia y los medicamentos fuertes.
Mientras tanto, se le puede dar suero glucosado; y si transcurren más de 12-24 horas se le administrará leche adaptada a cucharadas. Una vez pasados dos días aproximadamente se puede comenzar la experiencia de amamantar.
En caso de gemelos
En un principio no suele haber más problemas que los que se tendrían en caso de un solo niño, ya que hasta los 15 días (si se tiene una cantidad normal de leche) bastaría con dar de un solo pecho a cada bebé. Si observamos que los niños quedan insatisfechos, se les ayuda con leche mecanizada, que se les administrará después de darles el pecho y con cuchara a fin de que no rechacen el pecho posteriormente, como ocurre cuando se les administra con biberón.
En caso de prematuros
Para recolectar y conservar la leche materna, cada tres horas debe procederse a exprimir las mamas. La leche recolectada se puede guardar en sitio esterilizado y fresco. Cada 24 horas se llevará la leche de la madre a la clínica. Muchas madres responsables han vivido esta experiencia con éxito durante semanas. Los resultados son muy gratificantes para la madre y el niño.
Los estudios realizados han demostrado que los niños prematuros alimentados con leche materna aumentan de peso con mayor rapidez que los alimentados con leches maternizadas, y tienen mayor resistencia y defensa ante infecciones y trastornos digestivos. Los bebés, pues, dejan antes la incubadora e inician sus relaciones familiares, tan importantes, en los primeros días de vida.
La sanidad francesa está poniendo en práctica esta medida. incluso se recoge leche de mujeres que se ofrecen a dar este preciado alimento (normalmente en caso de madres con exceso de leche), que luego es administrado a niños prematuros. Los resultados son muy satisfactorios.
El vaciado de las mamas se hace con un instrumento llamado «sacaleches», de venta en farmacias.
Si el bebé es prematuro, pero pesa más de 2.500 g. no necesita incubadora y se realizará la lactancia de forma normal (por supuesto, siempre que el niño tenga reflejo de succión). En el caso contrario, la madre se ordeñará con un sacaleches, y administrará el alimento a cucharadas al niño hasta que aprenda el mecanismo de succión. La finalidad de utilizar la cuchara es evitar que el bebe se habitue al biberón y rechace luego el pecho.
Si el peso del bebé es bajo, se le darán entre siete y ocho tomas durante un mes aproximadamente, tiempo en el que suele regular su peso. El número de tomas será entonces de 6 a 7 dependiendo del método adoptado y las tendencias del niño.
Si este permanece en la incubadora, conviene que la madre realice el ordeño diario de las mamas para estimular la secrección y evitar la bajada de la leche. Una vez que el niño esté en casa se podrá iniciar la lactancia natural.
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