La mayoría de la gente se apunta a tomar bebidas frescas por su magnífico sabor. Sin embargo, si desearnos absorber todos los nutrientes que nos ofrece la naturaleza, lo más aconsejable es que nos animemos y empecemos también a preparar bebidas con verduras.
Los zumos de frutas contienen fructosa, el azúcar de las frutas (un excelente dinamizador), por lo que constituyen una bebida ideal para empezar el día, pero a medida que pasan las horas, la energía tiende a disminuir en la mayoría de la gente. Las bebidas a base de verduras contienen nutrientes de la fibra que aportan un perfecto equilibrio de vitaminas y minerales que no podemos obtener de las bebidas de frutas por sí solas.
Es sorprendente lo vigorizante que es un vaso de zumo fresco. Si lo incorporamos a nuestro desayuno (¡y no me refiero al proveniente de un tetrabrik!), nos sentiremos llenos de vitalidad, con más energía y capaces de afrontar el largo día que tenemos por delante. Eso es especialmente cierto si nos despertarnos resacosos, ya que un cóctel de zumo fresco es una de las mejores curas contra la resaca. Los nutrientes de una bebida fresca empezarán a surtir efecto en nuestro hígado maltratado, las vitaminas y minerales comenzarán a trabajar para restablecer la agilidad de nuestro metabolismo y, además, rehidrataremos nuestro pobre sistema deshidratado.
Similarmente, si al final del día llegarnos a casa exhaustos, podernos probar un cóctel restablecedor repleto de vitaminas y minerales. Las verduras con hojas verdes son una fuente particularmente importante de hierro, que ayuda a combatir la fatiga motivada por el estrés. En lugar de decantarnos por la botella de ginebra como aperitivo antes de cenar, es mejor que nos preparemos un cóctel de zumos; nos sentiremos más sanos y mejor. Podemos añadir hielo triturado o una hoja de menta, remover los ingredientes y saborear la mezcla para limpiar el paladar.
La obsesión por los niveles de energía y por cómo combatir el estrés es una preocupación peculiarmente moderna, por no decir un lujo. Las almas menos privilegiadas, por ejemplo en los países subdesarrolladós, deben preocuparse simplemente por conseguir alimentos, y ni siquiera pueden permitirse elegir su próxima comida. La sociedad occidental, en cambio, padece una superabundancia de opciones, y muchos de nosotros nos hemos decantado por atiborrarnos de comida muy poco saludable. Nos atrae la comida barata y en grandes cantidades.
Debemos recordar que no tenernos que convertirnos en unos fanáticos de los zumos, evitando todo vestigio de comida cocinada para sumergirnos exclusivamente en el mundo de las bebidas frescas. Simplemente incorporar bebidas frescas a nuestra dieta es ya una forma excelente de mejorar nuestra salud en general. Además, es un modo realmente delicioso de mejorar cualquier dieta.
Algunas de las bebidas vigorizantes son perfectas para saborear al final del día, y pueden mejorar si las mezclarnos con hielo triturado, con lo cual obtendremos una bebida fría más interesante. Muchas recetas requieren sólo la mitad de una piña o melón. Conservaremos la otra mitad en la nevera durante unos días.
0 comments:
Publicar un comentario