¿Es realmente fresco y maduro?
Aguacates.
Envolver la fruta con las manos y apretar con suavidad. Si cede un poco quiere decir que está lista para comer. Si apretamos con las yemas de los dedos podernos dañar la fruta. Los que están de oferta pueden estar demasiado maduros.
Plátanos.
Los plátanos verdes madurarán en cuestión de pocos días a temperatura ambiente. No obstante, ennegrecen rápidamente. Podemos apreciarlo por un oscurecimiento de la piel.
Zarzamoras.
Deberían estar hinchadas y con un color púrpura. Si aún tienen la ramita pegada, podrían haber sido recolectadas cuando todavía no estaban maduras y tener muy poco sabor,
Col.
Compruebe que el corazón de la verdura sea firme presionando el centro con el dedo pulgar. Evite los especímenes con las hojas exteriores descoloridas o con trozos dañados.
Coliflor.
Separe las hojas exteriores para ver si hay insectos entre los tallos. Éstos deberían ser firmes y blancos.
Cítricos.
Deberían pesar según su tamaño.
Pepinos.
Seleccione los pepinos firmes y con la piel brillante.
Uvas.
Sacuda un racimo de uvas antes de comprarlo. Si cae alguna, es que no son frescas.
Lechuga.
Elija lechugas que sean firmes y duras. Evite las que tengan las hojas exteriores de color amarillento.
Melones.
Sostenga el melón firmemente con ambas manos y presione ligeramente el área alrededor de la puma del melón donde estaba el tallo de la planta. Debería ceder ligeramente.
Pimientos.
Deben tener una piel firme y brillante. Al igual que las manzanas, se arrugan cuando están deshidratados o pasados.
Piña.
Para confirmar si una piña está madura, arranque una hoja de la parte que forma su corona. Si puede arrancarla fácilmente, la fruta está madura.
Frutas y verduras maduras
Todas las frutas y verduras desprenden una sustancia cuando maduran (llamada etileno). Algunas producen esa sustancia aun después de ser recolectadas. Las manzanas, los plátanos y los tomates son particularmente excretorios. De modo que, si quiere que una fruta madure, deposítela en una bolsa con una manzana o un tomate maduro y manténgalos en un lugar oscuro y cálido.
Cómo elegir productos de calidad
Cuando empezamos a elaborar bebidas frutales, compramos una selección de ingredientes afines a nuestros gustos. A medida que adquirimos experiencia, ampliamos la selección. Una de las mejores formas de seleccionar productos totalmente frescos es olerlos: Muchas frutas, como por ejemplo los mangos y los melones, desprenden un ligero aroma floral cuando están maduros que desaparece cuando la fruta se pasa. Los melones y las peras podemos presionados suavemente por la parte de la punta del tallo; si están maduros deberían ceder ligeramente. El kiwi también debería ceder un poco cuando lo presionamos suavementeL las manzanas y las peras deberían ser suaves y no rugosas, las frutas del bosque deberían ser firmes y no mustias, y las uvas deberían retener un ligero brillo en la piel.
Los Cítricos son las frutas más adecuadas para quienes empiezan a elaborar bebidas frescas: son unas frutas habituales, fáciles de exprimir y de almacenar.
Almacenamiento
La mayoría de los cítricos producen más líquido si los guardamos a temperatura ambiente. Si los tenemos en la nevera, podemos calentarlos en el microondas durante cinco segundos. Los cítricos o las frutas duras pueden guardarse más de una semana y conservan la mayoría de sus vitaminas. Hay que lavar y secar la fruta y envolverla en una hoja de diario. Depositarla dentro de una bolsa de plástico o bien colocarla en una caja y guardarla en un lugar fresco y seco. Las frutas del bosque más tiernas deben examinarse colocadas sobre papel de cocina. Las que estén dañadas o mustias se eliminan y el resto se envuelve con papel de cocina antes de ponerlas a congelar.
¿Cuánto zumo?
Ningún cambio de dieta debe hacerse de forma repentina. Tras probar las recetas es probable que deseemos tomar zumos a todas horas, pero tenemos que asegurarnos de que disfrutarnos de estas bebidas de una forma racional, como parte de una dieta equilibrada.
Al exprimir las frutas y las verduras estamos eliminando su fibra, y eso no es recomendable para las necesidades nutricionales completas del cuerpo. Todo el mundo precisa un equilibrio de las grasas, carbohidratos y proteínas para funcionar convenientemente. Tenemos que intentar beber cantidades iguales de zumo de verduras y de frutas para evitar consumir demasiado azúcar (que está presente en todas las frutas en forma de fructosa). Es muy difícil ingerir una sobredosis de zumos, pero no debemos olvidar el dicho: «moderación en todo lo que hagamos», y empezar gradualmente, limitándonos a dos vasos de zumo al día. Los nutricionistas aconsejan que los novatos en bebidas frescas no beban más de 225 ml.
No prescinda de las bebidas de vegetales, contienen pocos azúcares y una gran variedad de nutrientes, (el equivalente a un vaso) de bebida fresca al día.
Si nuestros hijos se animan a tomarlas, es recomendable limitar el consumo a 150 ml al día. Quizá podemos dejarles que prueben un poco de diferentes mezclas en vasos pequeños, los que se usan para los chupitos, o diluir el líquido con agua.
El cuerpo debe acostumbrarse a digerir los nutrientes concentrados que contienen estas bebidas frescas. Un vaso de zumo fresco es el mejor suplemento multivitamínico que existe, ¡y mucho más sabroso que una gragea! Cuando nos hayamos acostumbrado a los efectos del zumo en nuestro cuerpo, podremos probar con un plan de desintoxicación a base de líquidos durante uno o dos días. Con ello ayudaremos a limpiar nuestro sistema, eliminar las impurezas y revitalizamos. Este plan es sólo recomendable para personas adultas.
Muchos libros incluyen una dieta de desintoxicación diseñada para limpiar nuestro sistema digestivo y revitalizar la salud en general. En esta web encontrarás planes de desintoxicación de un día, pero no es recomendable probarlo si tenernos problemas de salud o si tomamos medicamentos. En caso de duda, es mejor consultar al médico.
Hay quienes se han animado a tomar estas bebidas después de que les hayan diagnosticado una enfermedad grave, pero los conversos más fervorosos suelen combinarlas con la medicina convencional. Su consumo puede ayudar a mejorar la salud en general y a fortalecer el cuerpo para combatir enfermedades, pero es poco probable que elimine síntomas graves. Las bebidas frescas son la mejor manera de incrementar la ingesta de vitaminas y minerales esenciales, y pueden aliviar achaques leves o alergias.
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