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COMO MANTENER UN CORAZON FUERTE Y SALUDABLE

 
Cuando decimos que nuestro corazón esta sufriendo, normalmente nos referimos a problemas sentimentales, pero no es este el caso que nos va a ocupar. Aquí nos vamos a referir al órgano muscular principal de nuestro aparto circulatorio. Es prácticamente una bomba que aspira e impele la sangre a través de las arterias para que sea distribuida por todo nuestro cuerpo. Pesa unos 300 gramos aproximadamente y esta situado en nuestra cavidad torácica, en el centro de los dos pulmones. Solo tenemos uno, y es para toda la vida, por lo que si le hacemos sufrir, las consecuencias, son graves, muy graves.

La clave para mantener un corazón fuerte y sano esta en mantener hábitos de vida saludables. Es importante sobre todo a partir de edades avanzadas ya que puede reducir en un 80% el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.

Hacer ejercicio, llevar una dieta equilibrada y controlar problemas como el colesterol alto, la hipertensión y la diabetes son los pilares básicos para proteger nuestro corazón, que debemos cuidar como a nuestro mayor tesoro... nos va la vida en ello.

A partir de los 35-40 años, es necesario que empieces a cuidar de tu corazón ya que, desde esta edad, se producen una serie de cambios que pueden llevar, con el tiempo, a sufrir problemas en este órgano. Es necesario, por lo tanto, revisar tus hábitos y comprobar que son todo lo cardiosaludables que deberían ser.

Factores a tener en cuenta

No hace falta tener problemas o enfermedades cardiacas para sufrir algún trastorno relacionado con el corazón. Factores como la hipertensión, la obesidad, la diabetes, etc., aumentan las posibilidades y, en las mujeres, el riesgo se incrementa a partir de la menopausia, ya que el efecto protector de los estrógenos desaparece gradualmente.

Te voy a dar algunos consejos, o mejor dicho, algunas claves para que tu corazón goce de buena salud, el lo agradecerá y por supuesto, tu también, ya sabes, es tuyo.

- Revisar la dieta que sigues:

Según la Fundación Española del Corazón, únicamente manteniendo una alimentación saludable se reduce en un 30% las posibilidades de sufrir un infarto.

- Incluir en tu alimentación más verduras, menos grasas y sal es esencial. Los alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, legumbres, frutos secos...) protegen el corazón de varias maneras:

- Los antioxidantes previenen de manera efectiva los accidentes cardiovasculares, el potasio reduce la tensión arterial, y además por su bajo contenido calórico previenen el sobrepeso, etc.

- Las grasas saturadas, justo al contrario, elevan el colesterol y la acumulación de placas de grasa en las arterias y el exceso de sal aumenta la presión sanguínea.

- Debes moverte mas o por lo menos, lo suficiente, practicar deporte de forma habitual, de manera constante y esto es algo que te debes tomar muy en serio y practicar entre 30 y 60 minutos de 3 a 5 días por semana, ya que fortalece el corazón.

- Las personas que hacen deporte habitualmente tienen entre 20 y 30 latidos menos que una sedentaria, pero bombea la misma cantidad de sangre. Su corazón es, por lo tanto, mucho más efectivo.

- Los deportes más eficaces son ir en bicicleta o nadar, ya que aumentan el ritmo del corazón de forma suave pero efectiva. La marcha nórdica (caminar con bastones) también resulta muy aconsejable, ya que, al ejercitar también los brazos, permite quemar un 40% más de calorías.

- Combate el estrés y descansa lo suficiente. La tensión nerviosa, sobre todo si se produce de forma continua y durante un período largo, afecta negativamente al corazón.

- Un buen descanso. Ten en cuenta que tener problemas de insomnio afecta negativamente al corazón, sobre todo si se manifiestan durante más de diez años. Duerme una media de ocho horas diarias y, de vez en cuando, échate una corta siesta. Según un estudio, ese breve descanso diurno puede reducir hasta un 37% las probabilidades de sufrir enfermedades coronarias.

- Deja de fumar. El tabaco acelera la frecuencia cardíaca, contrae las arterias y puede ocasionar alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón. Además, incrementa la presión arterial y el riesgo de accidentes cerebrovasculares. Protege tus arterias. Cuando se abandona este habito, se logra aumentar progresivamente la flexibilidad arterial, lo que reduce de forma considerable el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular. Se calcula que, a los diez años de haber tomado esta decisión, las arterias se recuperan al 100%.

- Mantén un peso adecuado y saludable. El sobrepeso y la obesidad son importantísimos factores de riesgo cardiovascular, por lo que conviene evitarlos. Ojo con el perímetro de la barriga. La acumulación de grasa en el abdomen eleva las posibilidades de sufrir un accidente cardiovascular. ¿Quieres saber cuál es tu riesgo? Tan solo tienes que medirte el perímetro de la cintura, a la altura del ombligo. Si mide más de 88 centímetro en mujeres o 102 en hombres, debes tratar de perder peso lo antes posible.

- Mucho ojo con el alcohol. Tomado en exceso, aumenta la presión arterial y favorece el desarrollo de problemas cardiovasculares. En el caso concreto de las mujeres el efecto es todavía más intenso, ya que afecta directamente al tejido cardíaco. Vigila las cantidades. Aunque la mejor opción es abstenerse totalmente, si no te resulta posible, ajústate a las dosis aconsejadas: dos unidades de alcohol al día como máximo hombres y una en mujeres (una unidad es por ejemplo, un vaso de vino, una caña de cerveza, media copa de licor o medio combinado).

- Vigila tus niveles de azúcar. Sufrir diabetes o prediabetes aumenta las posibilidades de sufrir enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca y cardiomiopatía diabética Debes revisar tu nivel de glucosa en sangre con regularidad y, si tienes tendencia a tenerlo alto, revisa tu dieta, mantén un peso saludable y haz deporte.

- Mantén una actitud positiva. Las preocupaciones, el enfado, los pensamientos negativos, etc. aumentan el riego infarto. Recientes estudios, además, han demostrado que los trastornos emocionales como la depresión o la ansiedad, hacen que aumente la presión arterial. Disfruta de la vida. Trata de gestionar las emociones de forma positiva. No se trata de suprimirlas sino de no dejarte llevar por ellas.

- Tómate la tensión, cuanto más alta es, más debe trabajar el corazón para bombear la sangre. Esto hace que el músculo cardíaco se engrose y que las arterias se estrechen y endurezcan. Todo esto hace que se produzca una situación de arteriosclerosis. Si tus niveles son altos, reduce la sal en tu dieta, haz ejercicio deforma regular y si, a pesar de ello, siguen sin bajar, acude al médico, ya que puede que necesites tomar medicación.

- Controla el colesterol. A cuánto estás de colesterol? Si no lo sabes, no tardes en pedir a tu médico que solicite una analítica. No importa si hasta ahora no has tenido problemas de este tipo, el perfil lipídico puede cambiar de una día para otro, sobre todo si eres mujer y acabas de entrar en la menopausia. Si tus niveles de colesterol son altos, necesitas reducir el consumo de grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, lácteos enteros, bollería industrial...) y aumentar el de frutas y verduras. Hacer ejercicio con regularidad también te resultará muy útil.

- La meditación es también una buena ayuda. estar en paz con uno mismo tiene efectos muy positivos para el corazón. El control de la respiración y la atención plena normalizan el ritmo del corazón, reducen la presión arterial y combaten el estrés crónico. Mindfulness, taichí, yoga, Pilates... cualquiera de estas disciplinas te ayudará a poner en orden tus pensamientos, combatir el estrés y, como consecuencia, mejorar el rendimiento de tu corazón. 


 

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