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RECETAS: PAN CON CEBOLLA CARAMELIZADA Y PAN DE ORÉGANO


Existen numerosos tipos de pan diferentes, pero todos comparten la misma característica de ser una excelente fuente de energía. De hecho, el pan es un alimento básico en muchas culturas, especialmente en Occidente. Sin embargo, eso no significa que Asia u otros continentes no consuman el pan.

Según los registros históricos, el pan inicial apareció aproximadamente en el año 8000 a. C. en el Medio Oriente, particularmente en Egipto. Puede verse como un signo de las primeras sociedades humanas en el pasado.

El pan nuestro de cada día, como dicen los textos sagrados, está sujeto a variaciones. Si la ocasión lo requiere, optaremos por vestir nuestra mesa con panes sobresalientes que perduren en la memoria sensorial de los comensales, así como en la nuestra. 

Pan de cebolla caramelizada, pan de ajo, pan de orégano, pan de queso… Todos ellos actuarán como un complemento perfecto para tus platos, ofreciendo un sinfín de posibilidades. Como ese pan de Huelva, con matalahúva y naranja, ideal para combinar con distintos quesos o foie gras. 

Descubre la sofisticación que es capaz de llevar a la mesa un pan bien orquestado y su capacidad para enriquecer el sabor de los alimentos con los que lo acompañes.

PAN CON CEBOLLA CARAMELIZADA: 
UN SABOR DE LOCURA

Preparémonos para disfrutar de una hogaza de pan con una personalidad festiva, atrevida, con un punto de locura. Los trocitos de cebolla caramelizada aportan a la miga una jugosidad especial, así como un sabor y un aroma realmente seductores. 

Ideal para acompañar ensaladas, pero también patés, foie gras, embutidos y quesos. Un pan que dará que hablar, para bien, por supuesto, a nuestros comensales.

Ingredientes 

Para la masa:

- 335 g de harina W220 o harina de fuerza.
- 245 g de agua fría.
- 2 g de levadura fresca.
- 85 g de masa vieja.
- 6 g de sal

Para hacer la cebolla caramelizada:

- 1 cebolla mediana roja.
- 2 cucharadas de aceite.
- Agua

Preparación de la masa:

Diluir la levadura en el agua y mezclar con la harina. Dejar en reposo durante 1 hora. Añadir la masa vieja y la sal.

Trabajar la mezcla con ayuda de una amasadora a velocidad media hasta que la masa se despegue de las paredes de la máquina y se vuelva brillante. Si se trabaja manualmente, amasar hasta que deje de pegarse a las manos. Al final del amasado, añadir la cebolla caramelizada e integrar.

Poner la masa en un recipiente untado con aceite y dejarla 20 minutos en reposo. Transcurrido este tiempo, doblar la masa en forma de sobre y dejar que multiplique su volumen por 1,5. Poner la masa en una mesa espolvoreada con harina y formar una bola. 

Colocarla con el cierre arriba en un banneton o un bol cubierto con un paño, generosamente enharinado. Dejar que casi multiplique su tamaño por 1,5.

Hacer un corte en cruz y un corte en forma de flecha en cada cuarto. Hornear en la parte inferior del horno, a 250 °C con calor arriba y abajo y vapor, durante 15 minutos. Bajar la temperatura a 180 °C, con calor arriba y abajo, sin vapor, y hornear durante 30 minutos más.

Cebolla caramelizada

Cortarla en rodajas de 1 centímetro, colocarlas en la sartén con el aceite y añadir agua hasta que cubra la cebolla. Cocer a fuego medio alto y remover a menudo hasta que el agua se evapore. Bajar el fuego y dorar la cebolla unos minutos.

PAN DE ORÉGANO: EL PAN AMIGO

El orégano es una especia tan amable que apenas tiene detractores. De ahí que soñar con montes cubiertos por esta hierba tan evocadora sea señal de una situación muy ventajosa... Indispensable en las pizzas y como condimento habitual de la cocina italiana, tanto para salsas como para espolvorear recetas, el orégano queda bien con casi todos los platos de la cocina mediterránea. Y el pan no podía ser menos.

Ingredientes

- 270 g de harina W220 o harina de fuerza.
- 30 g de harina T80 o harina de trigo integral.
- 85 g de masa vieja.
- 210 g de agua fría.
- 1 g de levadura fresca.
- 6 g de sal.
- 1 cdta de orégano seco

Preparación

Diluir la levadura en el agua y mezclar con las harinas. Dejar en reposo 30-40 minutos. 

Añadir la masa vieja y la sal.

Trabajar con la ayuda de una amasadora a velocidad media, hasta que la mezcla se despegue de las paredes del recipiente. Si se trabaja manualmente, amasar hasta que deje de pegarse a las manos. Al final del amasado integrar el orégano.

Doblar la masa en forma de sobre y dejarla en reposo durante 20 minutos. Repetir la operación de plegado y reposo 2 veces más.

Después del último reposo, formar una bola y reservar durante 20 minutos más. Formar el pan y aplanar ligeramente la masa haciendo hoyuelos con los dedos. Doblar los lados largos hacia el centro y luego doblar el rectángulo longitudinalmente en dos. Sellarlo bien y colocarlo sobre un paño espolvoreado generosamente con harina y doblar el trapo a lado y lado. Dejar que multiplique su tamaño por 1,5.

Hacer unos cortes en diagonal sobre la barra y hornear en la parte inferior del horno a 230 °C, con calor arriba y abajo y vapor, durante 15 minutos. Después, bajar la temperatura a 190 °C y hornear otros 15 minutos. 

Transcurrido este tiempo, bajar a 150°C y hornear unos 5-10 minutos más.


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