La investigación más reciente muestra que los alimentos que elegimos comer, o no comer, pueden aumentar nuestra esperanza de vida o la calidad de nuestras vidas. No pasa un día, al parecer, sin noticias destacadas historias sobre la comida y su impacto en la salud. El mensaje de que podemos reducir nuestras posibilidades de desarrollar cáncer, presión arterial alta, diabetes y otras enfermedades al mantener una vida saludable de peso, disminuyendo las grasas y calorías en nuestra dieta, comiendo más frutas ricas en vitaminas y minerales y verduras, y ponerse en forma se está convirtiendo en algo familiar.
A medida que se investiga más, el enlace entre la dieta y el riesgo de desarrollar enfermedades comunes como enfermedades cardíacas o cáncer es cada vez más claro. Gracias a esta investigación, estamos empezando a comprender la factores dietéticos y de estilo de vida que tienen más probabilidades de asegurar una vida larga y saludable.
La noticia es que podemos incorporar estos factores en nuestras propias vidas sin sacrificar el gusto o renunciando a los alimentos que disfrutamos, descubriendo y comiendo frutas, verduras, y cereales integrales.
A pesar de las conexiones bien publicitadas entre la dieta, el peso y la salud, las estadísticas muestran que la prevalencia del sobrepeso y la obesidad está aumentando a un ritmo alarmante, particularmente en niños y adolescentes. Entonces, ¿por qué nos aferramos a nuestros hábitos poco saludables?
Para muchos, la nutrición y las pautas de acondicionamiento físico publicadas por el gobierno y las organizaciones de salud pueden parecer abrumadoras. Podemos tener dudas sobre por qué debemos comer lo que recomiendan los expertos, qué alimentos son o no nutritivos, y si es mejor obtener algunos nutrientes de alimentos o de un suplemento multivitamínico o nutricional.
Finalmente, para la mayoría de nosotros, comer es placentero y los alimentos familiares son reconfortantes. La idea de hacer un cambio importante en los tipos y la cantidad de comida que comemos es abrumadora. Nos proporciona una idea de por qué los expertos recomiendan lo que recomiendan, y luego dan algunos consejos prácticos sobre cómo cambiar su forma de comer sin dejar de disfrutar de una buena alimentación.
Las claves de una alimentación saludable serían:
Comenzar con la revisión de las pautas actuales de nutrición y estado físico.
Proporcionar una descripción general de los conceptos básicos de nutrición, incluida una descripción de los nutrientes y otros componentes de los alimentos.
Analizar el papel de una buena nutrición en la prevención y tratamiento de enfermedades comunes.
Sugerencias para planificar y preparar comidas y seleccionar comidas y alimentos saludables.
Encontrar consejos sobre cómo salir a comer, ir de compras, leer las etiquetas de los alimentos, e ir modificando los hábitos de la familia haciendo cambios y buscando recetas saludables.
Encontrar ejemplos de recetas para mostrar que después de una dieta bien balanceada, una dieta nutritiva puede ser un cambio agradable.
Todas estas pautas las encontrarás en los contenidos de esta web.
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