Durante siglos los herboristas y doctores han estudiado el poder curativo de las frutas, las verduras y las hierbas. Antes de que apareciera la medicina convencional, la gente confiaba plenamente en esos remedios.
Lo más remarcable es que hoy una gran cantidad de esas curas conforma la base de algunas teorías científicas. Uno de los primeros tratados de Nicholas Culpepper, llamado Complete Herbál, todavía lo usan los homeópatas y naturópatas, y Culpepper, que era un científico del siglo XVII y pionero de la homeopatía, basó gran parte de su trabajo en los estudios de Calen, Hipócrates y otros autores clásicos.
Culpepper intentó demostrar la influencia de los planetas en las plantas, las enfermedades y sus remedios, pero algunas de sus teorías no científicas —que no por ello han de considerarse supersticiones— se han visto reforzadas por la investigación científica moderna. El ajo, por ejemplo, posee unos elevados niveles de germanium, un antioxidante que promueve la oxigenación de las células y es vital en la lucha del cuerpo contra el cáncer. También se ha demostrado que actúa como anticoagulante, disminuyendo la presión sanguínea y los niveles de colesterol.
Se trata de hechos que han sido corroborados a partir de experimentos controlados e investigaciones en laboratorios de todo el mundo. Hace 350 años, Culpepper ya anunció que el ajo es «un remedio para combatir todas las enfermedades y dolores».
«Entonces pensé que todas las medicinas se componían de hierbas, raíces, flores, semillas, etc., y esto me animó a profundizar en mis estudios.
NICHOLAS CULPEPPER
Las vitaminas y minerales de las bebidas frescas se pueden usar para sanar diferentes áreas del cuerpo, para mejorar la complexión o paliar problemas digestivos, por ejemplo. Si padecemos una enfermedad o un dolor crónico, vale la pena complementar la medicación que tomamos a diario con unos cuantos zumos —si nuestro médico está de acuerdo—.
La terapia a partir de estas bebidas no ha sido objeto de estudios y pruebas científicas controlados, pero ya en la década de los cincuenta, un informe elaborado por el Ministerio de Salud y el Puhlic Service Laboratory británicos sostenía que:
«Los zumos son beneficiosos para reducir la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y renales y la obesidad. Los buenos resultados que se han obtenido en el tratamiento de la úlcera péptica, y también de la diarrea crónica, colitis, y toxemia de origen gastrointestinal. [...] La elevada capacidad de estas bebidas revela que son muy efectivas para tratar la hiperclohidria fila producción excesiva de ácido hiperclórico en el estómago. A menudo se ha recurrido a la leche para esta función, pero se ha demostrado que el zumo de las espinacas, de la col y del perejil ofrece unos resultados superiores a los obtenidos con la leche».
Otros estudios relevantes llevados a cabo en todo el mundo, pero sobre todo en Estados Unidos, han reforzado los descubrimientos británicos a partir de pruebas con col, como las realizadas en la Stanford University Medical School. Las investigaciones científicas continúan revelando qué componentes de las frutas y las verduras ayudan a fortalecer el cuerpo; en muchos casos, la ciencia reafirma los viejos remedios caseros. La más destacable es que al analizar la estructura de las células y los componentes de las frutas y las verduras, la ciencia ha sido capaz de matizar qué componentes químicos combaten las enfermedades y ayudan a que el cuerpo se reponga de una enfermedad o dolencia.
La identificación de los fitonutrientes (componentes orgánicos de las plantas ideales para mejorar la salud) nos ha conducido a una mayor comprensión de cómo funcionan estos productos frescos para proteger nuestro organismo.
Los componentes como los carotenoides (los pigmentos rojos, naranjas y amarillos que aportan color a algunas frutas y verduras) protegen el cuerpo contra algunos tipos de cáncer, enfermedades coronarias y degeneración muscular en los ancianos. Son antioxidantes, lo cual significa que atacan los radicales libres en las células causantes del envejecimiento y de otras enfermedades.
Las enzimas en las plantas son proteínas que se destruyen con el calor —por ejemplo cuando cocinamos dichas plantas—, así que para absorber completamente todos sus nutrientes es mejor que comamos las plantas crudas. Estas bebidas concentran las vitaminas y minerales y son fáciles de digerir, además, el cuerpo las absorbe rápidamente, sólo diez minutos después de haberlas ingerido.
Un zumo fresco es el mejor suplemento multivitamínico que existe, y nos ayuda a reemplazar las vitaminas y minerales Vitales que a menudo nos faltan a causa de la vida moderna basada en una dieta de alimentos poco saludables. Tampoco hay que olvidar que podemos beber cualquier zumo sólo para disfrutar de su intenso sabor. Por lo tanto, ¡no necesitarnos buscar ninguna excusa! O como Culpepper dijo:
«Los que viven pensando en la salud, pueden beberlos si quieren; sí no lo hacen, es problema suyo».
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