El desarrollo de las nuevas tecnologías ha facilitado las comunicaciones hasta extremos casi inimaginables hace no muchos años. Hoy en día la comunicación es posible aquí y ahora, a través de distintos canales. Uno de ellos es el ya tan familiar teléfono móvil o celular.
No es razonable que alguien ponga en duda la utilidad del teléfono móvil. Lo cierto es que ha servido en infinidad de ocasiones para solventar situaciones de gravedad. Sin embargo, también es la causa de faltas de educación constantes. No es que usar un móvil sea por sí mismo descortés. En absoluto. Pero puede llegar a serlo si se usa fuera del contexto apropiado.
Ha llegado un momento en que llevar móvil puede dar lugar a un sin vivir constante. Uno nunca sabe cuándo es su aparato el que está sonando y cuándo no, puesto que es habitual que tanto en el trabajo, como en la vía pública, grandes almacenes, cafeterías, restaurantes y demás lugares públicos haya un porcentaje elevado de estos teléfonos que suenan incesantemente. Como decíamos, el problema de base es utilizar el móvil más de lo apropiado o como si se tratara de un juguete o un pasatiempo.
Cuando los teléfonos móviles no estaban a la orden del día, que una persona desenfundara del bolsillo uno de estos aparatos le dotaba de cierto nivel social y le distinguía por poseer algo de lo que la gran mayoría de personas desconocían el funcionamiento y hasta la existencia. Causaba asombro por lo novedoso y era motivo de admiración casi más por su utilidad que por el coste económico que todavía suponía y que no mucha gente se podía permitir.
Las compañías de telecomunicaciones han aprovechado este mercado y hoy por hoy está al alcance del bolsillo de casi todos. Bien, nadie puede sentirse ofendido porque alguien haga uso del móvil, siempre y cuando no suponga una falta de cortesía o educación. La pregunta que hay que hacerse es: ¿cuándo el uso del móvil es descortés?
Hay numerosas ocasiones en las que usar el móvil o tenerlo en espera atenta a la buena educación cuando pueda entorpecer el silencio que requieren ciertos lugares, cuando interrumpa una conversación interesante en la que no ha lugar que haya un teléfono cerca, en el cine, el teatro, en una entrevista de trabajo, etc.
Actualmente, y ante el uso masivo del móvil, en los lugares en los que su utilización está restringida se informa en grandes carteles o distintivos tales como los que prohíben fumar de la advertencia de apagarlo. Es el caso de los aviones, de cines, de teatros, aeropuertos, en salones de conferencias, etc. En todos estos lugares deberá apagar su celular mientras dura el acto del que usted sea testigo, ya sea durante el vuelo, la proyección de una película o el tiempo que abarque la representación teatral.
Si no quiere ser visto como el pesado que se pasa media vida colgado a un teléfono, cumpla las restricciones anteriormente expuestas, que además suponen una obligación para todos en general. Cometerá una falta grave de educación si las infringe y seguramente se avergüence cuando alguien, en beneficio del lugar en el que se encuentra o por el cuidado que le haya sido encomendado, le llame la atención para que abandone la conversación.
Aparte de lo que consideramos obligaciones, hay otros momentos en los que mostrará un comportamiento inapropiado si no apaga el aparato. Uno de ellos es cuando usted acuda a una entrevista de trabajo o a una reunión importante que exija su absoluta atención. Para la persona encargada de valorar sus conocimientos en el caso de la entrevista o para quien le haya citado a una reunión de trabajo, más si ostenta un cargo de superioridad, será una ofensa que usted no se haya molestado en prever una posible y molesta llamada de teléfono.
Si se da esta situación, el error será aún más grave si usted se comporta como si le pareciera lo más normal el despiste, contestando puntualmente a la llamada. Puede hacer perder los nervios a su interlocutor.
Las buenas maneras consideran que interrumpir la comida para conectarse al móvil tampoco es educado. A no ser que usted esté esperando una llamada urgente e importante deberá apagar el teléfono, siempre y cuando esté acompañado por otra u otras personas, a las que va a obligar a dejar de comer momentáneamente mientras dura su conversación.
Aparte de los consejos recogidos en esta página, no olvide las consideraciones que requiere el uso del teléfono en general.
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